Una niña pequeña llamada Shiva, una habitante del Interior, es encontrada por un habitante del Exterior que llega a conocer como Sensei.
Aunque no pueden tocarse, Sensei se preocupa por Shiva lo mejor que puede, y juntos viven una vida moderadamente feliz. Pero pronto, Shiva no solo se encuentra en peligro por el Exterior, sino también por los de su propia especie.
Aunque no pueden tocarse, Sensei se preocupa por Shiva lo mejor que puede, y juntos viven una vida moderadamente feliz. Pero pronto, Shiva no solo se encuentra en peligro por el Exterior, sino también por los de su propia especie.
Y así, como dice la leyenda, el Dios de la Luz decidió castigarlo convirtiéndolo en un monstruo. Enfurecido por esto, el Dios de las Tinieblas ejerció su castigo como una maldición para infligir sufrimiento a los demás.
Debido a sus acciones, fue desterrado al Exterior, donde él y sus monstruosos hijos permanecerán por la eternidad, mientras que los del Interior nunca deben entrar en contacto con alguien del Exterior, si es que no quieren ser maldecidos con una forma espantosa.