Pronto descubre el terrible estado de la medicina en este mundo: solo los nobles pueden pagar la atención médica, que es ineficaz en el mejor de los casos y perjudicial en el peor.
Usando el conocimiento moderno y sus poderes divinos, Falma gradualmente se hace un nombre como farmacéutico a pesar de su corta edad, incluso ganando el reconocimiento de la corte imperial.
Cuando finalmente adquiere una farmacia propia adecuada, se propone perseguir su objetivo de mejorar la atención médica en el Imperio de San Fleuve y hacerla accesible para todos.
Usando el conocimiento moderno y sus poderes divinos, Falma gradualmente se hace un nombre como farmacéutico a pesar de su corta edad, incluso ganando el reconocimiento de la corte imperial.
Cuando finalmente adquiere una farmacia propia adecuada, se propone perseguir su objetivo de mejorar la atención médica en el Imperio de San Fleuve y hacerla accesible para todos.
En un mundo donde existen las artes divinas, la magia otorgada a través de las bendiciones de las deidades guardianas, Falma se da cuenta de que su cuerpo alberga a la deidad guardiana de la medicina. Al niño se le han otorgado las míticas artes divinas de la creación y la reducción, así como la capacidad de diagnosticar instantáneamente enfermedades en el cuerpo de las personas.